Granjeros de porcino para exportación muestra que en sectores rurales, Trump sigue gozando de popularidad, aunque reconocen que es temprano para sentir los efectos de la ‘guerra comercial’
LA PRENSA
Redacción
En Radcliffe, Iowa, hay un mural justo al norte de la cooperativa de agricultores que muestran a un hombre y una mujer frente a una idílica granja, típicas de las ciudades pequeñas de EEUU. La realidad actual es que algunas de estas localidades se están desvaneciendo.
Muchas zonas rurales tuvieron esperanzas en Donald Trump cuando se postuló para presidente. Este había enfocado su campaña en el hombre trabajador, el llamado “ciudadano común”, a pesar de que forma parte de la élite de las grandes ciudades costeras. Cuando se supo que se impondrían aranceles a países con los que EEUU tiene problemas comerciales comenzaron a preocuparse por las represalias, y estas llegaron rápidamente.
México, el mayor importador de carne de cerdo estadounidense, anunció que impondrá un arancel del 20% sobre el producto, en su mayoría proveniente de Iowa. Muchos tuvieron la sensación de que, consecuencia de la ‘guerra comercial’, los republicanos que votaron por Trump en el estado le quitarían su respaldo. Pero no ha sido así, hasta ahora.
Muchos de los productores han optado por el pragmatismo.
Todd Wiley, por ejemplo, cría cerdos a las afueras de Walker, Iowa. Siente que Trump está sacudiendo las cosas y, aunque reconoce que puede ser poco convencional, cree que hay “un método dentro de su locura”. Tomando en cuenta el éxito personal del presidente como empresario, aseguró que nunca renunciaría a apoyarlo, aunque sus políticas potencialmente puedan dañar su negocio.
Para tratar de compensar al sector, Trump anunció a fines de julio que otorgaría 12,000 millones de dólares para ayudar a los agricultores afectados por los nuevos aranceles. La idea, que parece gustarle solo al presidente Trump, ha sido condenada prácticamente por todos los involucrados, incluidos los propios agricultores.
Estos empresarios agrícolas perderán dinero si no pueden vender lo que producen y si no ganan suficiente no podrán pagar a sus empleados.
Leon Sheets es otro granjero que aparenta no estar alterado por las circunstancias. Diera la impresión de que no tiene tiempo para preocuparse ahora y que lo hará cuando las cosas se pongan realmente mal. Fue nombrado Granjero de Cerdo del año en 2017, un título que refleja el compromiso de Sheets de educar al público y ser un vocero de los demás productores porcinos.
El empresario recordó su experiencia con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) en la década de 1990. Al igual que su colega Todd Wiley, piensa que los acuerdos comerciales necesitaban ser sacudidos. Por el momento está de acuerdo en dejarse afectar por lo que describe como el bien común. Nadie sabe todavía las consecuencias reales de la guerra comercial y Wiley lo explica diciendo: “será una competencia de ver quién parpadea primero”.
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